El Asalariado

El Chile que no aprende

“Espero que terminé el torneo para irme de acá”. Así fueron las palabras de Emilio Rentería, futbolista profesional nacido en Venezuela. Hoy se ha sabido de su existencia. Es delantero, juega en San Marcos de Arica, club de la Primera División.

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La sangre llegó al río de las calabacitas

Los normalistas se defendieron con piedras. Las balas y la preparación de una fuerza represiva siempre pueden más. Los exámenes forenses realizados por peritos argentinos más de un mes después revelaron que los cuerpos que han sido encontrados no pertenecían a los jóvenes secuestrados. Continuar

Música para tus ojos

Durante el mes de diciembre, se llevará a cabo la XI versión del Festival de Cine y Documental Musical, In-Edit Nescafé. Con sedes en Santiago y Concepción, el certamen promete deleitar el gusto de melómanos y cinéfilos a través de la pantalla grande.

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#ChaoFilsa2014

La reciente versión de FILSA, finalizó con números positivos para la Cámara del Libro. Pero quedó al debe con la asistencia de destacados autores y en el precio de los libros. Después del salto, un completo análisis.

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No puedes esperar demasiado

Acá muchos creen que una marca de auto es más importante que cambiar una Constitución redactada por un Opus Dei. Acá están más pendiente del nuevo celular de moda, de los goles de Alexis, del desenlace de una teleserie turca. 

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[columna] Ritual de graduación: Arctic Monkeys en Chile

Por Guillermo Soriano.

La banda adolescente, ahora es una banda adulta. Tal como Velvet Underground a mediados de los ochentas, la última placa se tituló simplemente con sus iniciales: AM (2013) y suena también, más adulta. Acaso más despechada, melancólica y borracha. Sin duda, más sexy.

Este álbum apareció cuando me di cuenta que ya no era tan joven como pensaba. Tiempo ha pasado desde Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not (2006). Ocho años y se notan, en ellos, y en mí, que tengo más o menos la misma edad de los integrantes. Es por eso que la noche del 11 de noviembre en el Movistar Arena fue un ritual de graduación. Ya no somos los adolescentes de siempre, ahora nos creemos el cuento. Ahora somos quienes queríamos ser.

La banda británica liderada por Alex Turner (28), volvía a Chile tras su paso por Lollapalooza 2012. Esta vez, en el marco de la gira por su nuevo disco y con una imagen renovada. Su vocalista, una mezcla entre James Dean y Johnny Cash en sus años mozos, se llevó los gritos ensordecedores de la fanaticada femenina que a ratos parecían quinceañeras gritando por algún ídolo adolescente del momento. Da lo mismo, criticar eso acentuaría la envidia que le sentimos a Turner -sí, nos encantaría vernos como él y provocar esa euforia en las féminas-.

La fiesta estaba llena. Repleta mejor dicho. Quince mil asistentes de todas las edades, fueron testigos de un concierto de primer nivel. The Hives, la banda sueca liderada por el hiperventilado Per Almqvist (36), abrió el periplo con su estridente garaje/punk, en una presentación redonda y ganándose la empatía del público, gracias al bien logrado español de su vocalista, quien dialogó tras cada canción. Se despidieron con el clásico Hate to Say I Told You So a las 20:55 mientras el recinto aún no terminaba de repletarse.

Cuando el reloj marcaba las 21:30 horas nos fuimos a negro. La masa de gente agolpada, los gritos, los empujones y la temperatura del arena que se sentía sobre los 40 grados, suponían lo obvio: los monkeys estaban en el escenario. Luces amarillas encandilantes instaladas detrás de la banda, iluminaron al público dejando ver solo las siluetas opacas de los chicos de Sheffield, mientras el beat de Do I wanna know? palpitaba en la piel de todos nosotros. Señoras y señores, el ritual había comenzado.

La noche continuó con las intensas Snap Out of It y Arabella, acompañadas por el coordinado juego de luces que le valió el carácter de ser un coprotagonista de la jornada. De fondo en el escenario, la línea de sonido que adorna la portada de AM, ahora a escala gigante en formato de luz, marcaba los tiempos de un modo punzante y psicodélico. En las pantallas gigantes, las proyecciones brindaban un elegante blanco y negro sabiamente ejecutado y acorde con la estética de la banda.

Lo que vino más adelante fue un ventanal de éxitos. Brianstorm; Don’t Sit Down ‘Cause I’ve Moved Your Chair; Dancing Shoes; Teddy Picker; Crying Lightning; No. 1 Party Anthem; Knee Socks; My Propeller; All My Own Stunts; I Bet You Look Good on the Dancefloor; Library Pictures; Why’d You Only Call Me When You’re High?; Fluorescent Adolescent y una de mis favoritas: 505 marcaron el descanso de la banda por cinco minutos.

Tras cerca de una hora y media de concierto, Arctic Monkeys volvía al escenario con otro corte del último disco, One for the Road, y el griterío que no callaba. De pronto, todo volvió a estar oscuro. Desde el cielo bajaron cuatro bolas discos que servían de espejo para los focos que apuntaban directamente a ellos. El resultado: la transformación del recinto completo en una inmensa bola disco; el escenario ideal para la cachonda I Wanna Be Yours que fue coreada por quince mil voces.

La fiesta finalizó con R U Mine? El cierre perfecto de una noche matizada por emociones y recuerdos. Pocas veces tenemos la oportunidad de asistir al concierto de una banda que se encuentra en lo más alto de su carrera. Esta vez fuimos testigos de esa experiencia. De ver a una banda madurar. De madurar con ellos.    

SANFIC9: Los Dueños

Por Cristian van Kerkhoff.

Apropiarse de lo que no es tuyo suena fuerte, pero si sólo es vivir un sueño, una aspiración y utopía, el juicio es menor y casi homologable como cuando un niño juega con un juguete de otro que sabe que no podrá tener una vez volviendo a su realidad.

Ruben, Sergio y Alicia; madre e hijos sirviendo en la casona de sus patrones a la que ingresan sin permiso cada vez que está sola. Una hacienda a las afuera de Tucumán, Argentina. Un fundo con animales, chacras y comodidades tales como piscina, comida sofisticada y tecnología. En un inicio, dentro de la casa ajena cuentan con un estado de alerta constante, y las huellas llegan a ser mínimas. Existe un recelo hacia los patrones, quizás será la ridícula comparación de estilos de vida pero que a la vez los separa enormemente como si existiese una muralla con foso que no los deja pasar.

Las hermanas Lourdes y Pía llegan a la casa de su padre Héctor, como una forma de relajarse. Pía con sus conflictos internos-emocionales, sin poder ser dejada sola y un asomo de abuso a fármacos. Gabriel, su cuñado y administrador del fundo (aunque criticado por querer innovar), poco tiene de incidencia en las decisiones sobre los cuidadores, quienes con su conocimiento diario del fundo, reprochan y opinan, casi llegando a la flojera o el no querer hacer algo nuevo. Peleas por disputas de orden al interior del fundo, hace que Lourdes se enoje y deje a Gabriel, quedando sólo en casa junto a Pía. La crisis que sufre ella, viéndose quitada de bulla y sumamente introvertida, pronto tendrá un desenlace que cambiará la historia.

Casi como si fuese rutina, Ruben, Sergio y Alicia (y a veces la novia de Sergio), irrumpen en la casa, sacan comida y se la llevan, se toman el vino y ocupan la piscina como un acto romántico de pareja. Con actos así, la cercanía de ser descubiertos está cada vez más cerca. A la llegada del marido de Pía, ambos matrimonios salen a una fiesta. Nuevamente aparecen los inquilinos, que en un acto de despreocupación absoluta por ser descubiertos, se duermen dentro de la casa. Pero la sorpresa para ellos es mayor al ver a Pía, hermana de la pareja de Gabriel,  entrar junto a él besándose apasionadamente sin percatarse que sus empleados se encuentran dentro de la casa. Esto pasa a ser un regateo, de que la verdad no salga a la luz.

Gabriel, aunque los reprende, sabe que no puede ser del todo un argumento para sacarlos para siempre del lugar. Tanto Rubén como Sergio, en su faceta menor por grado de responsabilidad, regatean. La poca confianza que denota Don Héctor con Gabriel, hace que lo saque de la administración, dejando a Pía como responsable. Cambios aparecen de un momento a otro, desde la ambientación de la casa y hasta la confianza con los empleados. Pía deja salir todo su carácter persuasivo-insinuante. Otra visita de los inquilinos en una salida, los lleva a traer mujeres para la típica noche de juegos de mesa con poca ropa. Alicia ya no da más, le viene el arrepentimiento y la compostura. No quiere perder el trabajo ni menos la confianza depositada en ella por sus patrones.

El acercamiento de Pía a los empleados comienza a ser cada vez más evidente. Primero regalando ropa a ambos, para luego incluirlos en una noche de vino y música junto a Lourdes. Aparecen facetas bizarras en que ellas se visten con la ropa de ellos mientras Rubén y Sergio se prueban la ropa que les regalaron. Pía trata de seducir a Sergio pero él prefiere a Lourdes. Es ahí cuando ella explota, lo encara desenfrenadamente incluso sacando un rifle de la colección. Su estado ya es de total locura.

Al día siguiente, ambas dos se van si decir palabra ni menos despedida. Y ahí, al ellas retirarse, Ruben, Sergio y Alicia, los verdaderos dueños del lugar, ingresan nuevamente a la casa. La rutina vuelve a la normalidad.

Dirigida por Agustín Toscano y Ezequiel Radusky. Argentina, 2013. Film perteneciente a la Competencia Internacional de Sanfic 9.

SANFIC9: Hijo de Trauco

Por Cristian van Kerkhoff.

Un más allá indescifrable, que lleva el mito al filo de la credibilidad. La misma gente lo utiliza para encubrir historias del pasado, llenando de silencios y penurias. La naturaleza observa y husmea de manera ausente, pero algo parece haber dentro de ella. En los confines submarinos, yacen mayores interrogantes que se acumulan, dándole a la isla de Chiloé y sus alrededores, un carácter fantástico pero a la vez, misteriosa y con cuota de miedo y respeto.

En los confines submarinos, se conforma un animal mitológico, comenzando a introducirnos en el carácter fantástico de la isla pero muchas veces misterioso y generador de miedo. El agua sobrepasa sus pies, siendo el oleaje una constante en su caminar por la orilla. Jaime aísla sus oídos con dos conchas marinas, llenándose de sonido del mar. Mientras, Chongo corre a buscar la vara y retorna, como un acto automático y de satisfacción.

Algo los observa de forma precavida y misteriosa… nos dice que no están solos. Aún sin saberlo, Jaime no cree en los mitos que ronda la isla, sólo desea salir de ella y conocer Chile, sobretodo Valparaíso. Las nubes, densas y espesas, dejaban ver pocas partes del cielo, dejando a entrever su importancia. Dentro de una familia disfuncional, con una madre reprimida y un abuelo duro, Jaime encontraba apoyo en la escritura, más precisamente en la poesía.

A sus catorce años, desarrollaba un excelente manejo del léxico y su intencionalidad, pero su timidez y mundo interior hacían que no compartiera sus escritos. Con su amigo Carlos navegaban y desarrollaba la pesca, aunque él nunca quisiese ayudar a su abuelo, quien constantemente estaba reprimiéndolo y forzándolo a sumergirse en la pesca. Violeta, compañera de Jaime, lo busca con la mirada cuando él queda suspendido por copiar algo que realmente escribió.

Valparaíso es el destino. Su ausente padre reside allá. El misterio cada vez se va destapando. Su deslenguado abuelo se refiere a él como un cobarde que se tiró de un barranco. Alejo, el hombre con más poder en la isla, también le cuenta a Jaime otra versión de la muerte de su padre. Su cabeza baraja opciones, verdades y mentiras… pero El Trauco ronda sus sueños e incluso se hace presente mediante la credibilidad y validez que entrega Violeta con su discurso. Un hombre pequeño que embruja a sus víctimas. Gente de agua como lo refieren los Huilliches.

Aunque adolescente, es increíble la entereza con que maneja las emociones. Frente a un tema tan importante como la paternidad ausente y el asomo de la realidad tan esperada, hacen que Jaime se acerque a una parte de la historia que poco cree y valida. La machi Moria, tan incisiva como directa y dura, le cuenta la verdad. “La vida es mentira cabro huevón, lo que importa son los afectos”. Jaime sale raudo de la casa, dejando al interior a Violeta, quien también sufre de paternidad ausente, por eso ambos se encuentran en la disyuntiva de si serán o no hijos de El Trauco.

Como una búsqueda exhaustiva con el fin de revelar la verdad a toda costa, logran toparse a lo lejos con El Trauco; hombrecillo de no más de un metro y medio de estatura que se interna en el bosque. Es aquí cuando la mitología comienza a tener carácter de verdad, pensando incluso en La Pincoya y su atracción a la playa hacia las personas. Este mutuo interés familiar, hace que la conversa lleve a la atracción natural de adolescente, expectantes de nuevas sensaciones.

“Soy el cóndor del sol, porque hablar de poesía, todas mis palabras tienen respuesta. Un lobo de mar, domador de tormenta” Antimán (seudónimo inspirado en Ramiro Antimán, huilliche padre de Jaime).

El paradero del Trauco es revelado, encontrando al hombrecillo que finalmente responde a Pedro, hermano bastardo de Alejo, dándose cuenta que el Trauco no es él pero que por sus propias palabras, existe y es real.

Primera película escrita y dirigida por Alan Fischer, norteamericano radicado hace un buen tiempo en Chile. El film es protagonizada por los quinceañeros, Xabier Usabiaga e Ignacia Tellez y pertenece a la Competencia Cine Chileno en Sanfic 9.