Esta vez vi un espejismo, se asomaba por las grietas que dejaste estando quieta, como un néctar de lo mismo. Vi cristal pero era abismo, deliciosas las caídas que conducen a salidas, aún me pierdo en ilusiones parecidas a pasiones: como un punto de partida. Brillan mudas tenues luces, son luciérnagas que caen desde el cielo hasta que arden, dejan huellas que son cruces. Esos fueron los perfumes amorosos y siniestros que volaron como espectros desde el fondo los veía: hay faroles que nos guían a las trampas del sendero. Otra vez vi un entresueño: bien clavadas las astillas en el cuerpo aparecían, ya no soy mi propio dueño. En mi herida tu destello de aire puro y noche larga, aunque las que me desgarran son las voces que a la noche me despiertan con tu nombre, como astillas que se clavan. Autor: Joaquín Kopplin Buenos Aires, Argentina (2021)
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