¡Qué fue de mis sueños! Los he dejado en mi almohada, lacerando mis mañanas. Han calado el tejido de la noche. A veces me persiguen mientras camino, mientras atravieso el umbral de tantos años dilapidados. Siento la silente fatiga del fracaso, la respiro mientras dejo correr el agua, mientras me lavo y enjabono mis ganas. Quisiera emborracharme de optimismo, elevarme sobre una horrible cuenca metropolitana, y gritar a voz en cuello que no he sido derrotado, que sobrevivo porque tengo fuego, porque tengo una sed pírrica. Pero soy apabullado por miradas femeninas en el metro, cuyo garbo ignoran sus parejas. Alienados, insípidos, palurdos. Entonces no queda más que una u otra sonrisa, aunque sólo sea la mía, en el reflejo del vagón. Autor: Miguel Vásquez Santiago, Chile (2018)
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