Aníbal Malaparte y la asamblea de los fantasmas: punk, deseo y memoria al sur del abismo

Por Guillermo Soriano

Desde Xalapa, México y con el pulso de la contracultura, Aníbal Malaparte (1992) nos entrega en La asamblea de los fantasmas (Valparaíso Ediciones, 2023) una obra poética densa, filosa y visceral. En sus páginas confluyen la historia, la política, el deseo y el vértigo de ser contemporáneo en una región que arde en sus pasados.

Con una voz que no pretende suavizar el mundo, sino tensarlo, Malaparte convoca imágenes que se mueven entre la ternura y la violencia, la nostalgia y el colapso emocional. El sur —tanto geográfico como simbólico— aparece como espacio de fuga y de promesa, como herida aún abierta, donde los fantasmas de la historia no solo nos visitan, sino que nos habitan.

Los poemas no se ofrecen como consuelo. Son proclamas, fragmentos de insurrección lírica que hacen del caos un manifiesto estético. La ciudad de Xalapa se transforma en escenario y en personaje: niebla, jazz, escoria y poesía bajo la lluvia. En Xalapunk, uno de los textos más intensos del libro, el poeta se desborda en una carta de amor y furia a su ciudad, donde la lucidez convive con la incoherencia y la ternura con la demolición.

Hay referencias a la cultura postpunk, a la figura de Ian Curtis, a vínculos afectivos desarmados, a encuentros y desencuentros que dejan cicatrices más que memorias. Todo bajo una estética sonora, cortante, casi performática. La palabra busca herir, conmover, hacer tambalear.

La asamblea de los fantasmas no solo es un libro: es una experiencia. Una descarga poética que interpela y arrastra, que le habla tanto al insomne político como al amante quebrado, al militante de utopías y al que se abandona en la música, en la noche, en la derrota.

En palabras del propio Malaparte, quien también es historiador y practicante de artes marciales: escribe poesía y construye bombas caseras. Y eso se nota. La poesía como artefacto explosivo. La literatura como forma de resistencia. La voz de los espectros, de los márgenes, de quienes siguen insistiendo en imaginar otros mundos posibles.

Viajemos al sur

Viajemos al sur,
mar austral de gritos insomnes,
caña, telegramas inaplazables;
volemos, cual bandada de patos
que en otoño vuelan
hacia la promesa de un cálido verano.

Viajemos al sur,
evocando negro y rojo barro,
últimos fandangos, selva y guerrilla;
historia que no es nuestra, pero puede aún serlo.

Viajemos al sur;
no importa que no sepamos donde está,
los patos tampoco lo saben
viajan sin saber como pero conocen hacia dónde.

Viajemos al sur
como camaradas
antiguos amigos
libres y salvajes.

Un pasado desbocado en infinitos

La miré primero con esa mirada que es algo más que el
verbo de los ojos.
Marcel Proust

Su voz no era aire,
                              lengua
                                     y cuerdas vocales,
sino un eco incansable,
el hierro que te había cercenado,
cristalina luz inerte
que cantaba con una ternura
que te vulneró más que cualquier escarnio.

Viscosas sombras te envolvieron
como abrumados aleteos en el pecho,
de ácido corroyendo tus venas…
No necesitaste mirar para saber quién te habló
pero tus ojos se elevaron inexorablemente,
reconociendo el mismo rostro,
con el doble de ojeras y el mismo exiguo bilé rubí
pero innegablemente familiar, que te observaba,
como una caricia a medio formar apuñalándote.

Te miró y el vértigo de sus agujeros negros
confirmo su identidad,
atisbando una reflejada cordura carcomida
que fulguraba como cristales rotos,
indescifrable misterio sobre a quién pertenece
tal vez a ella,
tal vez a ti,
quizás a ambos.

No fue dolorosa pero sí punzante,
la familiaridad con que te llamó,
ni la rapidez con la cual respondiste,
no tenías otra opción,
ni la buscaste.

Xalapunk

Hay algo de esto en todos nosotros, en esta lucha, en este caos en
que estamos metidos, vivientes y fantasmales a la vez, sin dormir,
lúcidos y opacos, cada quien personaje de sus propios sueños y de
los sueños de los demás.
José Revueltas

Xalapunk, mutante ciudad de niebla,
escucha mis palabras de amor
Xalapa de jazz en las azoteas,
maravillosa escoria sin rendirse,
pedas caseras, librerías de viejo,
preguntas sin respuestas
maldice mis proclamas
¡pero préstame atención!

Yo sé que estoy loco, pero eso ahora no importa
hay un millón de motivos para ignorarme,
pero ninguno de ellos vale la pena,
no son fuego ni gasolina.

Xalapánico de mis amores y ligueros de encaje,
eres campo de batalla, condenadas esperas,
revólver de ámbar y cuarzo,
poesía bajo la lluvia de noviembre,
incoherente agonía ante cualquier redención.

¡Escucha mis palabras!
mientras tú me destruyes
¡yo te eternizo!

*****

Autor: Aníbal Malaparte
Libro: La Asamblea de los Fantasmas
Editorial: Valparaíso Ediciones
Año publicación: 2023

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