Por Guillermo Soriano.
La escritura del francés Emmanuel Carrère (1957) en este libro del 2014 goza de gran madurez, pudiendo desarrollar una bien lograda agilidad en la pluma para construir el mundo interior de un personaje puesto al límite de la locura, en el que todos quienes nos acercamos terminamos siendo parte.
El relato mantiene una premisa simple. O al menos eso aparenta. Un arquitecto se afeita el bigote con la idea de sorprender a su esposa con la que lleva casado cinco años. Sin embargo, tanto ella como sus amigos niegan que éste alguna vez tuviera bigote. Lo que en principio el incrédulo protagonista interpreta como una elaborada y compleja broma, se convierte poco a poco en el declive a la enajenación de la mente humana.
Lo complejo del argumento, otorga a Carrère bastante mérito para darle coherencia y sentido a una situación tan absurda. Narrada en primera persona, vamos conociendo todos y cada uno de los pensamientos del protagonista que nos sitúa dentro de un péndulo de locura y razón creyendo que todo el mundo confabula en su contra. De esta forma, con humor pasamos de una inocente broma, a la angustia de ingresar al imaginario psicótico de un hombre que es capaz de hacer cualquier cosa para justificar lo que siente.
Nuestra costumbre por tratar de encontrarle sentido a las cosas se va perdiendo a medida que nos adentramos en la lectura de este libro. Los recursos sintácticos del autor logran sumergirnos de manera natural a los argumentos que se nos plantean, siendo más fácil enfrentar la paranoia y la angustia que nos llevan a un escenario aterrador. En tan solo 170 páginas, Emmanuel Carrère ofrece gran densidad narrativa y una capacidad de inquietar hasta al más conspicuo cinismo del lector.
El bigote (2014), Emmanuel Carrère.