Luego de dos años de haber sido creada, llega a la competencia nacional la película porteña Valparadaise. Tras haber realizado dos cortometrajes, el director Juan Cortés Mancilla, debuta en la pantalla grande con esta historia que refleja el vivir de la mayoría de los actores del puerto.
“Por fin se hace una película hecha por gente exclusivamente de Valparaíso. Siempre cuando se hacen cosas acá, o en alguna otra región, es la gente de Santiago quien termina trabajando”, comentó el protagonista, Antonio De la Fuente, en su estreno el pasado domingo 19 de agosto. Casi como una bandera de lucha, o como una manera más cercana de hacer las cosas, el film retrata lo que los mismos protagonistas viven a diario; convertirse en actor y no morir en el intento.
La historia es simple. Antonio, un actor joven, que no responde al prototipo tradicional de galán –un Benjamín Vicuña cualquiera según señalan en la película- intenta encontrar trabajo en lo que más le apasiona: actuar. Tras numerosos intentos fallidos, y aburrido de vender películas piratas, Sergio, su compañero de pieza, -un tipo reventado y desordenado, pero al mismo tiempo, divertido, leal y ocurrente- incentiva a Antonio en hacer una película/documental/karaoke en donde ellos mismos serían los protagonistas.
“Una película sin fines de lucro. Cuando no se te dan los espacios para trabajar, hay que hacerse uno mismo el lugar en donde poder hacer lo que te gusta. Hoy en día todo se rige por la plata, si no vende no sirve. Nosotros en Valparaíso cuando actuamos, somos de la idea que aunque llegue una sola persona, se hace la obra igual. Y ese es el espíritu que quisimos traspasar en la película.” Señaló Sergio Díaz, co-protagonista del film.
Será este un modo más honesto de hacer las cosas? No lo sé. Pero me cayó muy bien. Y según lo que sentí en la sala de cine del pituco Hoyts del Parque Arauco, a la gente también. Las risas abundaban. Las situaciones tenían sentido. Y los escenarios encantaban con esa magia propia de Valparaíso. Según comentaban los protagonistas, la película se logró también por la colaboración de mucha gente, la que, incluido el equipo técnico, trabajó sin recibir un peso.
Raro cierto? No lo creo tanto. Cuando uno se apasiona por algo, la mayor satisfacción es hacerlo, y el mayor motor no es el dinero, es la solidaridad. Esta obra trabajó deliberadamente sin dinero de por medio. No les interesaban los fondos ni los créditos para comenzar a trabajar. Ahora, dejando a un lado el romanticismo de la realización, la película no tiene mayor factura en términos fílmicos. Los planos son repetitivos y el hilo conductor se pierde tratando de acentuar algunas escenas.
Las actuaciones? Creíbles. Pero claro, eran ellos interpretándose a si mismos. A los de muchos actores y trabajadores en general. El tener que trabajar en algo que no te gusta para poder hacer eso que te apasiona. Para juntar el dinero. Quizás sea mejor no apasionarse con nada. Se viviría más tranquilo. Es muy mala la neutralidad? No sé. Estoy escribiendo por escribir. Mejor vuelvo a la película.
Gran logro el haber sido seleccionados para competir junto a otras grandes obras. Y es que esta película parece un bicho raro entre las demás. Se ve más artesanal. Si es de los que encuentra una rotería cuando se habla de un modo chilensis ocupando los típicos modismos, sumado a una suma de groserías propias del hablar coloquial juvenil –conchasumadre-culiao-puta hueón culiao- pero que al mismo tiempo recibe de muy buena forma el equivalente gringo con sus -fuck you-motherfucker-piece of shit-, bueno, odiará esta película.
Valparadaise, Dirigida por Juan Cortés Mancilla. -2010, digital.