La materia encendida: poemas de Amparo Iglesias
Hay poetas que escriben para ordenar el mundo y otros que escriben para desarmarlo. La chilena Amparo Iglesias pertenece, sin duda, al segundo grupo. Sus poemas se alzan desde una fisura vital —una grieta abierta entre la experiencia y la memoria— para explorar el deseo, el cuerpo, la herida y la resistencia como territorios inseparables. La psicóloga se vuelve aquí poeta de lo visceral, de lo que se resiste a ser domesticado por el discurso lógico, y su escritura respira como una confesión lúcida, a ratos furiosa. Aquí, una selección de ocho poemas.
Poema I
A vuelto esas tantas ganas de gemir y suspirar,
la ansia plena traía en la cresta de la ola antes de reventar.
Me he alejado tanto tiempo, que los dientes,
las uñas,
las ideas me han crecido,
pero también ha vuelto el reflejo de la libertad, la distingo fuera de la guerra antigua,
y yo pretendo exhumar la mejor buena reacción.
Mientras….. A lo lejos algunos gritan:
“La condenada se ha escapado!”
Poema II
Tu ausencia
coloreada en una primavera recostada, presiona mi cuerpo
en una oleada de huidas
q emergen en una locura sin prisa. Tu ausencia,
hace escenario a voces intransigentes junta palabras q no responden al tiempo, q no dan la cara por ser presa fácil
del engaño de mis miedos. Tu ausencia,
se fuga
tan rápido como fue la penetración de tu voz desbordada
por una infancia ingrata y pesada. Tu ausencia.
Me niego ser responsable de tu ausencia.
La carga
es un peso forzado,
frustrante por no haber contenido con mis palabras
la sensibilidad de tu piel
que clamaba la implosión invasiva de mi intimidad romántica.
Tú eres la expresión de mi pasión latente. Y aunque pueda permitir tu huida
– una vez más- Ya no la quiero. Tu ausencia
Duele.
Y no
Jamás y nunca
renunciaré a eso
Poema VII
Me recuerdas tanto al mar,
esa figura silenciosa y sosegada que mantiene el tiempo, que me abraza oportunamente con el aire
y despeja las tormentas de mis ojos.
Me recuerdas tanto al amor,
con tu cuerpo extendido cubriendo el despertar de los sueños.
Me recuerdas tanto a la felicidad, creo que era de mi nacimiento
o ya no se si era del final, eso si no lo puedo recordar;
Pero recuerdo un pequeño destello entre el cabello sobre tu nariz,
y esa asombrosa sonrisa asomada… ooooh mi amor esa impecable sonrisa que hacía espuma sosegada.
Poema IX
Esa forma q tienes de desprenderte de la realidad,
es una resistencia a respirar las ideas vestidas de tristeza.
De todas maneras huye, que a mi me falla el alma, me falla el corazón
tras el último golpe que fracturó el futuro
y tiró apiladas las historias cargadas de años.
Poema X
Casualmente siempre he amado
a hombres con los bordes externos de los ojos levantados notoriamente hacia el cielo.
Como valientes pupilas orgullosas
luchando contra quizás q fuerzas de pensamientos.
Yo soy de aquellas
que los extremos les cae como tetas que han amamantado largas penas….
Poema XIII
La última (de)generación del pecado.
He decidido desafiar
uno de los círculos del infierno, he decidido seducir a Dante,
para vengarme de su impetuosa devoción….
He decidido no perdonar para perdonarme…
y radicalmente decido
no cometer mas pecados.
Coge tu ahora mi costilla, y vete.
Excluyo mis culpas, escupo tu error,
y desafío a los ojos una vez mas….
La existencia se crea
mientras el dolor me recuerda
el paso del odio hacia la libertad.
El tiempo sigue su paso sin dar vuelta su rostro, sin clemencia
y así la vida es perder también,
la vida es crear tu propia buena suerte.
Poema XIV (Me dijeron una vez)
«A ti te hace bien el amor» se te sacian las pupilas, la lengua se te agita,
la carne se te aprieta desde adentro.
«A ti te hace bien el amor»…. caes de espalda sin temor,
a ojos extraviados
y dejas senda y rastro del ascenso de tus risas que corren hacia arriba, hacia lo más alto.
«A ti te hace bien el amor»…. la sangre se te incendia
y tu piel es una llama incandescente, difícil de olvidar.
«A ti te hace bien el amor»…. te alejas…
honesta,
y siempre creo q jamas de ésta…. Volverás.
Poema XXXXIX (para ustedes)
Retirar espejismos, ilusiones. Que caigan las ficciones, ciudades y edificios al piso, conversemos detrás del tiempo.
Todo retorna
y le doy la otra mano, la otra palabra,
el otro sentido
a cambio de mirar a los ojos con conciencia.
Soy responsable hoy y ahora
de lo que se construye, de lo que es esta realidad.
Solo hoy y ahora
digo sin pensamientos: adiós y hasta pronto.
