Francisco Muñoz

Reseña literaria: Psocodea de Francisco Muñoz.

Por Carla Araneda Condeza

“¿Qué importa que del cielo o del infierno vengas, Belleza? Monstruo enorme, ingenuo y atrevido, si tu mirar, tu cuerpo y el pie que te soporta son lo infinito que amo y nunca he conocido.”[1] En este caso la belleza viene de la mano de Francisco Muñoz, no solo con sus letras, sino con sus colores, pausas, líneas,  silencios, emociones, y la música de sus ilustraciones. Arte enmarcado en el trabajo de la editora Natanael Pereira Reumay, de la editorial Noveno Sur.

¿Qué es Psocodea? ¿de qué nuevos mundos nos habla? Unos dirán que es un libro de 25 historias, pero eso es solo algo de denominación, porque Psocodea es belleza, ese “Monstruo enorme, ingenuo y atrevido” de Baudelaire. Pero, ¿será prudente tal afirmación?, la prudencia, la prudencia, esa es “…la primera condición para la felicidad; y es menester, en todo lo que a los dioses se refiere, no cometer impiedad.”[2] Con prudencia me atrevo a confirmar esta aseveración.

“Y un conjunto de mundos apurados se manifestó en el desplegar de las dimensiones por temor a que, si toda posibilidad es posible, les fuera posible la posibilidad de no existir.”[3] ¿No existir? Las posibilidades, arrojadas en el rostro del lector, mis ojos piensan y buscan, “Los únicos seres reales son los que nunca han existido…”[4], o tal vez será la aterradora ver de Augusto Pérez “ ¡Yo no puedo morirme; sólo se muere el que está vivo, el que existe, y yo como no existo, no puedo morirme…, soy inmortal! No hay inmortalidad como la de aquello que, cual yo, no ha nacido y no existe, un ente de ficción es una idea, y una idea es siempre inmortal.”[5] ¿inmortal? ¿Inmortal y no existir? Pero todas las posibilidades pueden ser. Una voz potente golpea mis pensamientos, “la historia ha muerto… los muertos están muertos… lo que hemos hecho los hemos hecho juntos… hay que llorar…”[6] ¡Cállate, Tyler Durden! “Ojalá nunca llegue a sentirme perfecto y satisfecho” Shhh… “Lo que posees acabará poseyéndote.” ¡Silencio!, ¡Maldita sea, silencio! Estoy tratando de pensar. Todas las posibilidades son posibles.

¿Qué es Psocodea? Belleza, es una voz que no necesita palabras para hablar, no necesita melodía para ser música. Las líneas, las sombras, los puntos, los colores, los conceptos, las ideas sobresalen por sobre la perfecta encuadernación, se escapan del papel y entran en la memoria de los lectores ¡Cuidado!, son ideas poderosas, son emociones. Entran por los ojos, pero se apropian de cada parte… “¿Has oído alguna vez, en alguna conversación, en algún lugar, en cualquier lugar, alguna palabra, cualquier palabra, sobre Limita?”[7] ¿Limita? ¿Limita? “… Voraz siempre voraz…” … perdón, es la fiebre Psocodea.

“Alejándose de ese mar de gritos, por los techos volvían a correr Charles, El Galo y Bautista, ocultando un artefacto de rayos lumínicos con la palabra ¨sol¨ inscrita al inverso de cada una de sus piezas.”[8] No puedo seguir ahora, estoy corriendo con Charles, El Galo y Bautista, un mar de gritos amenaza con sumergirnos.

Y de pronto es tan triste, o es solo la nostalgia de preguntar, ¿Una pregunta puede doler? Las preguntas siempre duelen, solo nos acostumbramos a ello. “Los mundos sin lunas son más tristes y los mundos con muchas lunas son infieles; pero una luna sin mundo ¿Te lo imaginas?”[9] me lo imagino tanto que duele, ¿Lo puedes sentir?

Pero ya mucho me extendido en esta fiebre, esto es una reseña literaria, es más que eso es una invitación a conocer los mundos de Psocodea, a pensar, a pensar de otra manera, y de otra, para volver al punto inicial; o simplemente un viaje, uno como nunca antes se había hecho, uno inédito. Solo abre bien los ojos para ver, para ver y concentrarnos. Con esta advertencia ¡Cuidado con el umbral de resonancia!, “El umbral de resonancia se define como la capacidad de un acontecimiento de incidir en el rumbo de los acontecimientos venideros.”[10] No puedo asegurarte que nada cambiara después de entrar en Psocodea.

¿Se puede escribir una historia sin palabras? Mi única respuesta es Bitácora.

Y antes de terminar… “¿A quién rezan los dioses?”[11] … así no se puede, tengo que asistir al nacimiento de Sophía[12].

Año de publicación: 2022.
Editorial: Noveno Sur, Chile.
Ilustrador y escritor: Francisco Muñoz.
Primera edición.
Tapa dura.
Curiosidad: las páginas no tienen enumeración, invitan al lector a empezar a leer por cualquier parte.


[1] Baudelaire, Charles. Las flores del mal.
[2] Sófocles. Antígona.
[3] Muñoz Francisco. Psocodea.
[4] Wilde, Oscar.
[5] Unamuno, Miguel. Niebla.
[6] Palahniuk, Chuck. El club de la lucha 2.
[7] Muñoz, Francisco. Psocodea. Limita.
[8] Muñoz, Francisco. Psocodea. Ovumsolvo.
[9] Muñoz, Francisco. Psocodea. Losna.
[10] Muñoz, Francisco. Psocodea. Umbral de resonancia.                  
[11] Muñoz Francisco. Psocodea. Meandro.
[12] Muñoz Francisco. Psocodea. Radia.